El gobierno lamenta la muerte de los policías, que mandaron como carne de cañón, con absoluta irresponsabilidad, pero el policía mal pagado, está entrenado para arriesgar su vida; mas lamentable es la muerte del índígena, que en vez de estar cerrando carreteras, creando manifestaciones y buscando que se les respete, debía continuar viviendo en paz en su habitat natural, que por siglos ha ocupado.
Pero ellos no sólo luchan por su vida, luchan por la vida de todos nosotros, la vida del pulmón del mundo, la vida de la amazonía, que a la larga, es también la vida del planeta, y de todos nosotros que ahora debemos vestirnos de indígenas, porque todo auténtico peruano es indígena.
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